Ruptura del tendón distal del bíceps

Es una lesión poco común que, sin embargo, puede ocasionar una limitación funcional en el codo a largo plazo. Estas lesiones ocurren a nivel de la porción distal del bíceps, es decir la que se inserta en el codo, a nivel de su inserción en el hueso radio en una prominencia ósea conocida como tuberosidad del radio.

Una vez roto este tendón, no cicatriza. La musculatura en el codo puede sustituir la función del bíceps para flexionar el codo, por lo que no necesariamente se va a ver disminuida la fuerza de flexión a largo plazo, sin embargo, la musculatura no podrá compensar el movimiento de supinación (llevar la palma de la mano hacia arriba o adelante) que realiza el bíceps en el antebrazo.

Las rupturas en el tendón del bíceps distal pueden ser:

  • Parciales: Se afecta un porcentaje considerable del bíceps, pero mantiene fibras aún conservadas e insertadas a la tuberosidad del radio.
  • Completas: Son las lesiones más comunes, involucran una completa interrupción de las fibras del tendón del bíceps a nivel de su inserción en la tuberosidad del radio.

Mecanismo de lesión: Estas lesiones ocurren como consecuencia de una extensión contra resistencia del codo flexionado, como puede ocurrir al resistir ser jalado por una cuerda, o cuando el codo flexionado intenta cargar un objeto muy pesado, que termina venciendo la fuerza del codo flexionado, estirándolo de una manera súbita.

Los factores de riesgo asociados con esta lesión incluyen:

  • Género masculino
  • Edad mayor a 30 años
  • Tabaquismo
  • Uso de esteroides

Síntomas

  • Comúnmente el paciente refiere haber escuchado un sonido en su codo al momento de la lesión
  • Inflamación en la cara anterior del brazo
  • Presencia de moretón (equimosis) en la cara anterior del brazo
  • Debilidad al realizar movimiento de supinación (llevar la palma de la mano hacia arriba o adelante)
  • Migración del abultamiento conocido como “conejo” (bíceps) hacia arriba.

Diagnóstico

Después de un interrogatorio y una exploración física realizada con maniobras clínicas dirigidas a codo, el médico podrá establecer el diagnóstico. Sin embargo, en algunos casos, sobre todo en lesiones parciales, los hallazgos físicos no son tan evidentes, por lo que se puede requerir la utilización de estudios de imagen que pueden incluir ultrasonido y/o resonancia magnética para delimitar la lesión.

Tratamiento

Este tipo de lesiones requieren tratamiento quirúrgico en la mayoría de los casos, ya que si el tendón no es reinsertado, el codo perderá el 60 a 70% de su fuerza, principalmente para realizar los movimientos de supinación. Sin embargo, el tratamiento conservador (no quirúrgico) puede indicarse en pacientes que no requieran la función completa de su codo como puede ser en brazos no dominantes, o en edades avanzadas.

El tratamiento es recomendable hacerlo en las tres primeras semanas para lograr reinsertar el tendón del bíceps al radio. Después de las tres primeras semanas, el tratamiento quirúrgico también puede realizarse, pero habría necesidad de requerir injerto de tendón, ya que después de tres semanas, usualmente el tendón se retrae tanto que no es posible lograr reinsertarlo por su corta longitud, debido a esto se utiliza un injerto para restaurar la longitud. Los resultados con evidencia científica, han demostrado que los mejores resultados se obtienen si el paciente es operado en las primeras tres semanas posterior a la lesión.

Los métodos de fijación del tendón al hueso pueden incluir: anclas, botón cortical, o suturas a través de túneles óseos.

La fase de rehabilitación es importante de completar posterior a la cirugía, ya que se requiere mantener un arco de movilidad funcional, así como supervisar la fase de recuperación y realizar fortalecimiento muscular de manera guiada.

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