Prótesis de hombro

Consiste en reemplazar las superficies articulares dañadas, o en algunos casos fracturadas, del hombro, incluyendo la sustitución de la porción articular de la cabeza humeral (la esfera), así como de la glenoides (cavidad), para entonces ser sustituidas por implantes hechos de titanio y/o aleaciones de Cromo-Cobalto-Molibdeno, así como de plástico (polietileno)

Se considera una cirugía mayor por lo que previo a su cirugía se requiere una valoración por el cardiólogo o médico internista y que sus condiciones de salud se encuentren óptimas para realizar dicho procedimiento quirúrgico.

Las indicaciones para colocar una prótesis de hombro son una artrosis o degeneración articular avanzada, enfermedad articular por desgarro crónico del manguito rotador, artritis reumatoide, fracturas complejas de la cabeza humeral, así como necrosis avascular de la cabeza humeral.

El objetivo principal de esta cirugía es quitar el dolor y mejorar la calidad de vida.

El tipo de prótesis a colocar (hemiprótesis, prótesis total anatómica o de anatomía reversa) se determinará una vez que se haya individualizado el caso.

No es posible colocar una prótesis mediante artroscopia. Este tipo de tratamiento quirúrgico es con técnica abierta, dejando una cicatriz de considerable tamaño en la cara anterior del hombro, o en algunos casos seleccionados, en la cara anterior del muslo.

Los resultados de esta cirugía dependen de varios factores:

  • Experiencia del cirujano
  • Calidad del implante
  • Actividad física del paciente
  • Técnica quirúrgica escogida
  • Rehabilitación postoperatoria
  • Condición del paciente previo a su cirugía
  • Compromiso del paciente con su cirugía y rehabilitación

El tiempo de sobrevida estimado de una prótesis depende de la actividad que realice el paciente después de la cirugía, la calidad del implante, la técnica quirúrgica utilizada y la rehabilitación completada. Teniendo todo esto en consideración, una prótesis tiene un tiempo aproximado de sobrevida de 15 a 25 años.

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