El pie plano implica la desaparición o la no formación del arco plantar del pie, de forma que este toma una forma totalmente lisa o plana con respecto al suelo. El pie plano flexible es uno de los principales motivos de consulta y supone una gran preocupación por parte de los padres, quienes comparten la creencia popular de que será motivo de dolor o discapacidad en el futuro de sus hijos.
¿A quién afecta?
Los pies planos constituyen una afección común y normal entre bebés y niños pequeños. Los pies de los recién nacidos se caracterizan por un mayor acúmulo de grasa y más elasticidad de los ligamentos, lo que en apariencia es un pie plano. Es cuando comienzan a caminar cuando se va ejercitando la musculatura plantar y se muestra el arco plantar.
La mayor parte de las veces, es un problema que se diagnostica con facilidad tras una exploración sencilla, y el tratamiento que supone se basa principalmente en una correcta explicación a los padres y una adecuada vigilancia del niño.
¿Qué causa el pie plano?
El pie plano se produce en la mayoría de los casos por presentar unas conexiones articulares laxas y porque la musculatura intrínseca del pie está poco tonificada y no soporta la bipedestación del niño, es decir cuando el bebé se pone de pie. Conforme pasan los meses y su postura se hace más estable y dinámica, el arco del pie se va conformando en lo que se considera normal. Este periodo de tiempo va desde que el niño nace hasta que cumple 2 ó 3 años. Así ocurre en la mayoría de los casos, pero es posible que algunas personas no lleguen nunca a tener bien formado el arco plantar. Es entonces cuando se habla pie plano idiopático o del adulto.
También puede suceder que, debido a algunas patologías como la diabetes o a una lesión, los músculos intrínsecos del pie y los ligamentos articulares pierdan su tono y su funcionalidad y se desarrolle pie plano en la edad adulta.
¿Cuáles son sus síntomas?
La patología de pie plano raramente provoca molestias o dolor en el niño o en el adulto. Este sería el síntoma más fácil de detectar, pero también se dan una serie de signos que los padres pueden observar y tomar como aviso para acudir al podólogo y que este realice una exploración que confirme o no la sospecha de pie plano.
Los signos a tener en cuenta son los siguientes:
- Deambulación tardía. Es decir que el niño no comience a andar hasta más tarde de los catorce meses.
- A los niños con pies planos no les gusta caminar, y suelen pedir a los padres que los lleven en brazos.
- Al correr son poco hábiles y tienden a caerse con facilidad.
- Deformación de los zapatos. Al poco de estrenarlos ya están torcidos por su parte posterior, o con la suela desgastada por un lateral del tacón, generalmente el externo.
¿Como se diagnostica el pie plano?
Para diagnosticar el problema, el especialista le pedirá que se pare en los dedos de los pies. Si se forma un arco, el pie plano se llama flexible. No se necesitan más exámenes ni tratamiento.
Si no se forma el arco mientras está parado en los dedos del pie (llamado pie plano rígido) o si hay dolor, se pueden necesitar otros exámenes, incluso:
- Tomografía computarizada (TC) para examinar los huesos en el pie
- Resonancia magnética para examinar los tendones en el pie
- Radiografía del pie
Tratamiento
El consejo básico para evitar o recuperar un pie plano es detectarlo lo antes posible y acudir a nuestro especialista para empezar la terapia inmediatamente.
Como recomendaciones sencillas de aplicar en la vida cotidiana podemos mencionar:
- Caminar con el pie descalzo por superficies irregulares para que el pie tenga que adaptarse al terreno.
- Jugar con una pelota. Hacerla rodar con la planta del pie también ayuda a tonificar.
- Practicar deporte. Todas las actividades en las que los pies y las piernas intervengan de modo principal son buenos para esta patología. Por ejemplo: andar en bicicleta, patinar, saltar a la cuerda, practicar artes marciales, danza o ballet, jugar a baloncesto o a tenis…
- Elegir correctamente los zapatos, sobre todo de los niños que empiezan a andar. Tienen que ser flexibles, y que den libertad al pie para adaptarse al terreno. No es beneficioso utilizar botas o zapatos muy rígidos que limiten los movimientos articulares de los pies.
La recomendación de nuestro especialista es que todos los niños/as a los 3 años de edad se realicen un estudio biomecánico por parte del podólogo para valorar el estado de sus pies y sus piernas.